Richard Linklater: Trilogía "Before". (3 y último).
A todas las preguntas planteadas por Antes del atardecer contestó Linklater, diez años después con su –hasta ahora- último film sobre esta pareja: Antes del anochecer (Before Mignight, 2013 1.). Continúa con esta película la reflexión sobre el universo emocional de los protagonistas y los análisis sobre cómo estos han encarrilado sus vidas juntos.
La acción transcurre en esta ocasión en Grecia, en un espacio más genérico y menos determinado que una ciudad en concreto. Antonio L. Alarcón señala en su interesante análisis publicado en la revista Dirigido por (2) cómo “no es casual que a diferencia de los dos primeros capítulos de la trilogía –cuya ambientación, respectivamente, en Viena y en París, dotaba a las conversaciones entre ambos de un hálito intensamente cinematográfico, de un idealismo embriagador-, lo más intenso del intercambio verbal entre sus protagonistas tenga lugar en una habitación de hotel fría, no especialmente acogedora: la magia que definía a sus casuales (o no) encuentros se ha ahogado en la monotonía, en el día a día, y se ha transformado en pura rutina”, y considera, además, que la elección de Grecia no es casual ni arbitraria sino que ejemplifica cómo Antes del anochecer es la crónica de la derrota de una generación que quiso vivir mejor que sus padres a todos los niveles y que se ha encontrado con unas crisis permanentes en todo los terrenos que les ha imposibilitado, muchas veces, a pesar de todos sus cuestionamientos y sus intentos de construcción social, vivir como soñaban. La película constituye, pues, un baño de realidad, sin que eso signifique que caiga en un pesimismo existencial.
Probablemente, esta película es la más lograda de las tres -sin que ello vaya en demérito de las anteriores- y lo es porque me parece que el hecho de incluir más personajes, otras personas con las que compartir y enriquecer los diálogos, ayuda a conseguir que se cree una dinámica menos narcisista y más abierta a otro tipo de interactuaciones, lo que redunda en beneficio de la historia y de la comprensión de los personajes.
Desde un punto de vista estilístico, aun manteniendo las equivalencias formales con las otras dos, como he señalado anteriormente, se opta –precisamente por lo que acabo de mencionar- por un montaje más dinámico en donde todo tipo de planos y secuencias comparten protagonismo con los muy amados por Linklater planos-secuencia.
Los protagonistas, que ya han sobrepasado los cuarenta, viven juntos y tienen dos hijas gemelas.
El paso del tiempo se muestra en sus cuerpos y rostros.
Ya no están tan frescos y lozanos como en la primera película pero eso no quita que sigan teniendo el cerebro ágil y la lengua tan bien dispuesta como en los films anteriores.
Pasan las vacaciones de verano en Grecia, invitados por un amigo escritor y rodeados de otros amigos. Las reuniones a la hora de comer, sentados alrededor de una mesa bien ser-vida propicia interesantes conversaciones. Céline trabaja en una ONG y Jesse sigue escribiendo libros, con cierto éxito ya que parece puede vivir de ello. La película se inicia cuando Jesse lleva al aeropuerto al hijo de su anterior matrimonio que está pasando las vacaciones con ellos pero tiene que volver a los Estados Unidos. Céline le recoge en el aeropuerto y mientras van de regreso a la casa Jesse le comenta que tiene la sensación de que se está perdiendo buena parte de la vida de su hijo y que le gustaría estar más tiempo con él.
Este comentario desencadenará miedos más o menos inconscientes en ambos que irán desarrollándose y verbalizándose durante toda la película. A partir de ahí es un hablar sin cesar lo que exige al espectador atención y concentración para no perderse y para vincularse al proceso de encuentro-desencuentro-encuentro que se da durante todo el film.
Proceso similar al que se da entre las tres películas.
Estas pueden verse, sin duda, independientemente.
Cada una tiene su propia entidad y pueden entenderse a la perfección individualmente, pero no cabe duda que, como conjunto, se complementan a la perfección por lo que tienen de muestrario de un proceso vital en donde se pasa del amor romántico e impulsivo de la juventud, lleno de expectativas más o menos fantásticas e ideales inconcretos, a un amor mucho más maduro sobre el que se construye una relación adulta, con sus buenos momentos y con sus altibajos, lejos ya de cuentos de hadas o ensoñaciones adolescentes.
Si algo tiene Antes del anochecer es que se convierte en una buena defensa de lo que la pareja tiene de compromiso y de proceso de maduración sin que ello sea casarse con una losa o hundirse en un tipo de auto-destrucción a los Revolutionary Road.
Linklater, más allá de que le guste o no a uno su peculiar estilo, es capaz de retratar problemas y situaciones habituales y cotidianas mostrándolas desde un punto de vista realista, sin pesimismos límites, reconociendo que el complejo proceso tiene aristas pero también muchos aspectos buenos.
No son personajes lo que vemos, son personas.
Quizás no tengan el glamour y la fascinación de aquellos ídolos de antaño ni lo que viven o lo que nos cuentan sea especialmente fascinante, pero seguro que cualquiera puede identificarse con ellos y sentirse, en algunos puntos, cercano a sus vivencias y eso, queramos o no, tiene un cierto efecto terapéutico que no debe ni puede desdeñarse (no es necesario, desde luego, desmerecer los sueños hollywoodenses; todo, en la dosis correcta tiene cabida, pero como el cine construye tanto las imágenes con las que nos reconocemos y con las que forjamos muchas de nuestras fantasías, no está mal que, de cuando en cuando, éste incorpore gotas de realidad, aunque sea para minimizar la sensación de ser un bicho raro porque uno no sea un héroe o no consiga hacer desfallecer a las damas con un meneo de pestañas).
Conclusiones.
Hacer cine no es, según la opinión de algunos, hacer psicología o sociología.
Ciertamente una película no es un tratado académico que deba versar u opinar con un método científico sobre lo divino o lo humano, pero no cabe ninguna duda de que como arte que sí es –o debería ser aunque algunos prefieran reducirlo exclusivamente a industria- el cine tiene mucho que decir sobre diferentes y variadas cosas.
No siempre, no constantemente, pero sí se agradece el que además de espectáculo, de ser entretenimiento y diversión, esa máquina de producir sueños produzca también ideas, cuestione realidades y sensibilice sobre situaciones o hechos sobre los que nunca viene mal tener conciencia.
Si lo hace creativamente, mejor que mejor; que consigue a la vez fascinarnos y entretenernos……¡bienvenido sea!
Los tres directores que hemos tenido oportunidad de ver, tienen films de muy diferente nivel y sobre los más variados temas.
Las películas que aquí hemos analizado reflejan su preocupación por el cómo estamos resolviendo los problemas que plantea, en nuestra sociedad pos-moderna –en todas las culturas, somos humanos-, la relación de pareja, la creación de una familia.
En buena parte, los tres (Lee, Mendes, Linklater) mantienen unas tesis concretas apoyándose en guiones inteligentes, en unas puestas en escena brillantes y en unas actuaciones más que meritorias.
Sus conclusiones, o lo que quieren mostrarnos, puede parecernos bien o mal, gustarnos o no, pero no cabe duda de que son unos ejercicios de reflexión dignos de ser tenidos en cuenta.
Su grado de precisión psicológica o de detallismo sociológico quizás pueda también cuestionarse (como cualquier otra obra de arte). Nadie puede concebir el film total; mucho menos ofrecer una visión definitiva sobre nada. Se trata, mas bien, de observar unos mosaicos que suenen a auténticos; acceder a unas problemáticas que despierten el interés no solo por la brillantez del espectáculo sino porque conecten con algo más profundo o nos sirvan de herramientas para comprender mejor la sociedad en la que vivimos. Lejos de las idealizaciones pseudo-románticas de los años treinta y cuarenta, estos tres directores aportan una visión realista, aunque a veces esté teñida de cierto pesimismo, sobre lo que es y puede ser una relación de pareja.
Lee evoluciona del buenismo bienintencionado a la mirada gélida;
Mendes, prefiere el análisis temperamental o la mirada ácida sobre un sistema cruelmente sibilino; por último Linklater opta por ofrecernos una versión coloquial y realista de la pareja.
¿Cuál atina más?
La respuesta, lejos de ser única, es tan variada y compleja –caleidoscópica, diría yo- como puede serlo cada espectador que se siente a ver las películas: de lo particular y concreto que se les muestre podrán obtener unas conclusiones que no tendrán por qué ser necesariamente las de los directores. Estos habrán conseguido su función si, después de haber visto las películas, éstas tienen la suficiente fuerza e interés como para hacernos reflexionar sobre lo que tratan.
Notas.
(1) Sobre Antes del anochecer:
(2) Alarcón, Tonio L. Dirigido por….nº435. Julio-Agosto 2013. Análisis “Trilogía “Antes de….”. No soy imposible de tocar”. P, 40 a 43.
Bibliografía:
-Lens, J. y Ortiz, F.J. Hasta donde el cine nos lleve.
-VVAA (Equipo Reseña), Cine para leer 1994, Mensajero, Bilbao, 1999
-VVAA (Equipo Reseña), Cine para leer 1996, Mensajero, Bilbao, 1999
-VVAA (Equipo Reseña), Cine para leer 1998, Mensajero, Bilbao, 1999.
-VVAA, Dirigido por…nº 238. Septiembre 1995, Barcelona.
-VVAA, Dirigido por…nº 262. Noviembre 1997, Barcelona.
-VVAA, Dirigido por…nº 286. Enero 2000, Barcelona.
-VVAA, Dirigido por…nº 338. Octubre 2004, Barcelona.
-VVAA, Dirigido por…nº 435. Julio/Agosto 2013, Barcelona.
-VVAA, Imágenes de actualidad. nº 286. Diciembre 2008, Barcelona.
-VVAA, Estrenos 1997.Todos los estrenos del año. Ediciones JC, Madrid, 1997.
-VVAA, Estrenos 2004.Todos los estrenos del año. Ediciones JC, Madrid, 2004.
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